A.V.M. Girona
INVERSIÓN DE UN GRUPO NORTEAMERICANO EN CATALUNYA Procter & Gamble Pharmaceuticals compra la catalana Laboratorios Vita
El grupo familiar será la plataforma comercial de la multinacional en España
La firma estadounidense Procter & Gamble ultima la compra de Vita, el séptimo laboratorio de capital nacional, controlado por las familias Vallés y Planellas. La adquisición de Vita, valorada en unos 150 millones, ofrece a Procter una plataforma comercial para impulsar su crecimiento en el sector farmacéutico.
LA VANGUARDIA ROSA SALVADOR - 16/02/2004
Barcelona
La multinacional estadounidense Procter & Gamble ultima la compra de la empresa familiar Laboratorios Vita, con sede en Sant Joan Despí, por una cifra cercana a los 150 millones de euros. Fuentes del sector farmacéutico explican que Vita, séptimo laboratorio de capital nacional y una de las 30 primeras empresas del mercado español por ventas a la Seguridad Social, se convertirá en la cabeza de puente de Procter & Gamble en el sector farmacéutico español, en el que no opera directamente pese a que tiene filiales en siete países de Europa. Los directivos de Vita rehusaron comentar esta operación.
Procter & Gamble es un gigante de productos de consumo, especialmente fuerte en productos de hogar, higiene y cuidado personal, con marcas líderes como Ariel, Evax o Wash & Go, e incluso en alimentación, con las patatas fritas Pringles o las bebidas Sunny Delight.
El grupo tiene una división de salud, con unas ventas anuales de 5.800 millones de dólares, que en España comercializa productos de venta en farmacia que no necesitan receta como Vicks, Clearasil o los dentríficos Blend-a-Med. Sin embargo, su división de medicamentos de prescripción, Procter & Gamble Pharmaceuticals, era hasta el momento una de las pocas multinacionales farmacéuticas sin presencia en España. Esta empresa, pequeña dentro del grupo, ha desarrollado y comercializa medicamentos para diversos tipos de enfermedades.
Vita tiene como presidente a Enric Vallés y como vicepresidente a Santiago Planella, cuyas familias controlan el capital de la firma, dirigida por José Luis Malagarriga. Para Procter & Gamble su principal activo es su red de ventas, formada por 260 personas especializadas en algunas de las áreas terapéuticas en las que es fuerte Procter: osteoporosis, antiinfecciosos, sistema digestivo y cardiovascular. Vita, con una plantilla de 600 personas, facturó el año pasado 119 millones de euros, con unas ventas por medicinas a la Seguridad Social de 78,6 millones según la consultora IMS.
El grupo tiene dos fábricas en el área de Barcelona: una en Castellbisbal –de materias primas para la industria farmacéutica– y otra en su misma sede de Sant Joan Despí, que fabrica medicamentos. Las instalaciones de Vita están homologadas por las autoridades sanitarias de EE.UU. para exportar a este país y venden también a estados países europeos y Japón. Vita es conocido en el sector farmacéutico español por su esfuerzo en innovación, que le ha llevado a desarrollar nuevas presentaciones para los productos que explota bajo licencia y que ha licenciado para que los comercialicen firmas de otros países. El grupo emplea a 80 personas en su laboratorio de investigación, en el que invierte más de 10 millones cada año.
Las familias propietarias de Vita decidieron hace tres años poner en venta la empresa ante las crecientes dificultades en que la política farmacéutica sitúa a las pequeñas empresas del sector. Los fármacos más veteranos han sufrido continuos recortes de precios por parte de la Seguridad Social, que las grandes multinacionales pueden compensar con los altos precios de registro de los nuevos medicamentos que desarrollan, pero no así las pequeñas empresas, que no pueden destinar tantos recursos a I+D. En el caso de Vita, en que los nuevos medicamentos suponen el 22% de las ventas, la rentabilidad había caído drásticamente en los últimos años, hasta situarse en el 2% de la facturación. El grupo, que había apostado por los genéricos como vía para crecer, creó para ello una empresa conjunta con Bayer, pero se desprendió de ella en el 2002 por su falta de rentabilidad.